... No logré entender lo que aquello significaba porque, apenas entraron las palabras en mis oídos, volví a caer en un pozo de debilidad y sueño infinito del que tardé días en despertar. .. Aquellos días ingresada en el Hospital de Tetuan, sirvieron para poner algo parecido al orden en mis sentimientos y para sopesar el alcance de lo que los últimos meses habían supuesto....
(...) Tardó en aclimatarse, jamás habría imaginado ver a mi madre así. La que siempre estuvo al mando con la sentencia justa en el momento oportuno, había dejado paso a una mujer sigilosa y cohibida . .... Nunca le pregunté qué había pasado por su cabeza a lo largo de ese tiempo de transición que pareció durar una eternidad: esperaba que me lo contara alguna vez, pero nunca lo hizo y yo tampoco insistí.....
(...) La normalidad no estaba en los días que quedaron atrás: tan sólo se encontraba en aquello que la suerte nos ponía delante cada mañana. En Marruecos, en España o Portugal, o al servicio de la inteligencia británica: en el lugar hacia el que yo quisiera dirigir el rumbo o clavar los puntales de mi vida, allí estaria ella, mi normalidad. Entre las sombras, bajo las palmeras en una plaza con olor a hierbabuena, en el fulgor de los salones iluminados por lámparas de araña o en las aguas revueltas de la guerra. La normalidad no era más que lo que mi propia voluntad, mi compromiso y mi palabra aceptaran que fuera y, por eso, siempre estaría conmigo....
- " El tiempo entre costuras"-
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