“Al final, la vida y la muerte no son sino la consecuencia
de una edificación bien o mal construida. Es lo que dice uno de los personajes
de Taniguchi: vives, mueres, son consecuencias. Es un proverbio del juego de Go
y un proverbio de vida.
Vivir, morir: no son más que consecuencias de lo que se ha
construido. Lo importante es construir bien. Por ello, me he impuesto una nueva
obligación: Voy a dejar de deshacer, de derribar, y me voy a poner a construir.”
La
elegancia del erizo. (Muriel Barbery)
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