El lenguaje de las flores

Las flores tienen su propio lenguaje, y este, se les atribuye a los griegos.

Son una de las manifestaciones más bellas que la naturaleza nos brinda। Su perfume y aroma, sus formas y mil colores con los que además de deleitar nuestra visión, atraen a los insectos para su polinización.

Su lenguaje es universal, múltiple, variado, ameno, agradable y conocido por todos। Lenguaje que pasó a formar parte del día a día en la época del romanticismo.... Aunque, tal y cómo lo conocemos en la actualidad, se le atribuye a los Griegos.

Se usó se refinó en los harenes turcos para mandar mensajes de todo tipo, aunque su verdadero auge fuese en la época victoriana. Este lenguaje, llamado “floriografía”, fue un medio de comunicación muy usual en dicha época donde las conversaciones, estaban restringidas y se enviaban mensajes codificados que servían para expresar sentimientos que, en aquella época, no podían expresarse de otro modo.

Dicen, que las flores se cargan de la energía de quién nos las envía. Irradian amor, gratitud, perdón, esperanza …. y fue el rey Carlos II de Inglaterra el que trajo dicho arte, recopilando fuentes desde Suecia a Persia en el S. XVII. Posiblemente, tomando también como fuente el lenguaje floral de Japón, el arte del Hanakotoba.

En nuestra cultura y la cultura oriental, su lenguaje es muy común. Causan un fuerte impacto visual, y su fragancia llega a ser casi un sabor. Son símbolo de belleza y amor.