El deshielo de grandes cantidades de agua
atrapada en los polos que está provocando el cambio climático no deja de dar
sorpresas y aportar datos sobre la historia de nuestro planeta. La
liberación de muchas especies de bacterias y otros organismos
microscópicos que han estado encerrados en el hielo desde hace 750.000
años.
Y no se trata de restos de organismos o de células
muertas. Los científicos, estos organismos que se liberan, toman muestras y los
cultivan en el laboratorio. En la gran mayoría de los casos han sido capaces de
conseguirlo, aunque aún no se explican cómo han sido capaces de permanecer
durante varios milenios en animación suspendida.
Lo que sí han comprobado,
es que no representan ningún peligro para la salud humana.
Todas las especies encontradas están muy relacionadas con las que podemos
encontrar habitualmente en suelos o en el mar.
Hay dos factores que preocupan:
1. Estas bacterias recién liberadas pueden afectar
a las especies que pueblan ahora nuestro planeta. Los microorganismos
son fundamentales para que funcionen correctamente los ecosistemas. Un
desequilibrio en la microbiota, el conjunto de bacterias y otros organismos
microscópicos, puede resultar muy perjudicial.
Además, las bacterias pueden intercambiar partes
de su genoma entre individuos de distintas especies mediante un proceso que se
conoce como conjugación bacteriana. Ocurre, por ejemplo, con los
genes que proporcionan a las bacterias la resistencia a los antibióticos. Pero
no solo con esto, sino con casi cualquier característica que tengan estos seres
vivos. Como los microorganismos que están siendo liberados se adaptaron a unas
condiciones distintas, se desconoce qué consecuencias puede tener.
2. La cantidad de materia orgánica
que se está liberando. Todos estos seres vivos antes o después se morirán y
pasarán a descomponerse. Al hacerlo, liberarán tanto dióxido de carbono, el
famoso CO2, como metano. Ambos son dos de los gases de efecto
invernadero que más contribuyen al cambio climático.
Pero no todo son malas noticias, ya que uno de
los problemas a los que se enfrentan los científicos cuando buscan vida fuera
de la Tierra es, que la mayor parte de los planetas y las lunas están
congeladas. Cuando sean capaces de entender el mecanismo que ha permitido a
estos organismos sobrevivir en el hielo, se abrirán nuevas posibilidades en la
exploración espacial.
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