Espero que el verano no os haya herido de gravedad con el fuego y la arena ardiente; y también con los helados y cervecitas en las terrazas para paliar los estragos de Lorenzo.
Atrás
han quedado el sonido de las olas como delicioso hilo musical y como letra, las
confidencias a la luz de la luna. Atrás también quedó la calma de los crepúsculos, las multitudes en las playas, el
dormitar hasta que el sol se pone. …
Ya entró el Otoño y aún hace calor,
es el veranillo de los membrillos o el veranillo S. Miguel, o como se le ha
dado en llamar últimamente, Veroño. Un tiempo estupendo con la temperatura
ideal para pasear y salir a cualquier hora del día, esperemos que nos dure un
poco más este Veroño, aunque los días sean cada día más cortos y las noches cada noche más
largas.
Es una hermosa noche de verano. Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.