Los científicos han podido detectar
un estallido rápido de radio dentro de la Vía Láctea y no a cientos
o miles de millones de años luz de distancia, como los anteriores.
Entre todas las emisiones que se
reciben de "ahí fuera", los FRB son sin duda las más misteriosas e
impresionantes. De hecho, se trata de las señales más escurridizas y potentes
jamás detectadas en el espacio, y aunque duran apenas unos pocos milisegundos
pueden generar, en ese breve tiempo, la misma cantidad de energía que 500
millones de soles.
Hasta ahora, nadie ha logrado averiguar qué clase de
sucesos podría ser capaz de producir ondas de radio de tan extraordinaria
intensidad.
Astrónomos de todo el mundo han tratado de «cazar» esos brillantes e
inesperados destellos en el firmamento..
¿A qué se deben estos gigantescos
fogonazos de radio? Se apunta a posibles estrellas de neutrones, pero
otras hipótesis incluyen agujeros negros, púlsares con estrellas
compañeras, implosiones de cadáveres estelares, magnetares o, incluso,
emisiones de civilizaciones alienígenas avanzadas. Lo único cierto es
que cuando se trata de FRBs, nada es seguro, y el misterio sobre estas
poderosísimas ráfagas de radio se hizo aún más profundo cuando se empezaron a
encontrar FRBs
"repetitivos", esto es, que enviaban una y otra vez la misma señal
en periodos concretos de tiempo.
Ahora, por fin, se ha encontrado lo
que a todas luces parece ser el primer FRB "casero", con su punto de
origen dentro de nuestra propia galaxia. Y parece venir, según informa Science Alert, de un magnetar
(un tipo de cadáver estelar) . Aunque los estudios son aún preliminares, muchos
creen que este hallazgo podría ayudar a resolver el misterio de esas poderosas
señales de radio procedentes del espacio profundo y que llevan años
desconcertando a los astrónomos.
Los magnetares son un tipo de
estrella de neutrones de lo más extraño, poseen campos magnéticos, de ahí su nombre, que son hasta 1.000
veces más potentes que los de una estrella de neutrones convencional.
El pasado 27 de abril, múltiples
instrumentos detectaron un súbito aumento de actividad en éste magnetar,
algo que no llamó especialmente la atención ya que coincide con el
comportamiento observado en otros magnetares. Pero al día siguiente, el
telescopio canadiense CHIME, especialmente diseñado para buscar en el
cielo eventos transitorios, detectó una señal sin precedentes, tan poderosa que
el sistema ni siquiera consiguió cuantificarla.
Debido posiblemente a la proximidad
de este FRB, los científicos vieron también algo que no habían detectado hasta
ahora en ningún otro estallido rápido de radio: una especie de reflejo,
bastante débil, en rayos X. Los rayos X son bastante comunes en los
"arrebatos" de los magnetares, incluso más que la radiación gamma o
las ondas de radio. Pero su presencia en un FRB podría ser el indicativo
de que estos potentes fenómenos ocultan algo más, algo que hasta ahora ha
escapado a las observaciones.