Un día tal como ayer murió Miguel Hernández, poeta y dramaturgo español.
“Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
Que mancha con su lengua cuanto lame”.
Él veía la muerte desde la simbología del toro, el toreo o el cuchillo, el canto desgarrado por la muerte de los amigos, los poemas de la trágica guerra de España:
“Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
Que mancha con su lengua cuanto lame”.
Él veía la muerte desde la simbología del toro, el toreo o el cuchillo, el canto desgarrado por la muerte de los amigos, los poemas de la trágica guerra de España:
"Ay España de mi vida,
ay España de mi muerte".
ay España de mi muerte".
Era una constante en él el tema de la muerte en el pueblo español. El amor, que es muerte y es vida, está plasmado en toda su poesía.
Despierta, toro; esgrime, desencadena, víbrate,
Levanta, toro; turena, toro, abalánzate,
Atorbellínate, toro; revuélvete.
Sálvate denso toro de emoción de España.
Sálvate.
Levanta, toro; turena, toro, abalánzate,
Atorbellínate, toro; revuélvete.
Sálvate denso toro de emoción de España.
Sálvate.
O esta otra.
…Cartas, relaciones, cartas;
tarjetas postales, sueños,
fragmentos de la ternura,
proyectadas en el cielo,
lanzados de sangre a sangre
y de deseo a deseo.....
tarjetas postales, sueños,
fragmentos de la ternura,
proyectadas en el cielo,
lanzados de sangre a sangre
y de deseo a deseo.....
“¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!” (P. Neruda).
Un escritor con una sensiblidad como pocos, un admirable,de esas almas que uno tiene que archivar en la memoria del corazon para siempre
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