La lectura
estimula la actividad cerebral, fortalece las conexiones neuronales y aumenta
la reserva cognitiva del cerebro, factor que se ha demostrado ser protector
ante enfermedades neurodegenerativas. Dice la Sociedad Española de Neurología
(SEN)
Nuestro
cerebro, para que goce de una buena salud, necesita que lo mantengamos activo,
ejercitarlo. Sin embargo, y a pesar de ser uno de los órganos más importantes
de nuestro cuerpo, no siempre dedicamos el tiempo suficiente a cuidarlo, por lo
que, fomentar la lectura es una de las actividades más beneficiosas para la
salud, ya que estimula la actividad
cerebral y fortalece las conexiones neuronales.
La
reserva cognitiva ha cobrado una gran importancia, no solo porque se ha
visto que existe una relación directa entre la misma y el buen funcionamiento
cognitivo y ejecutivo de nuestro cerebro cuando envejecemos, sino porque se ha
demostrado que es un factor protector ante los síntomas clínicos de las enfermedades
neurodegenerativas, según el doctor García Ribas.
Se ha
comprobado que cuanto mayor reserva cognitiva posee un individuo, mayor
capacidad tiene su cerebro para compensar el daño cerebral generado por ciertas
patologías. Asimismo, las demencias, dentro de las enfermedades neurológicas,
son las que más se han ligado al concepto de reserva cognitiva.
La forma
de demencia más prevalente es la enfermedad de Alzheimer, que supone entre el
60% y el 80% de los casos de demencia, aunque existen numerosas patologías
que también la producen, por ejemplo, las enfermedades cerebrovasculares.
El doctor
alerta, de que debido al envejecimiento progresivo de la población en los
próximos años, el número de afectados por estas enfermedades crecerá
exponencialmente. Llevar a cabo actividades preventivas, como por ejemplo
fomentar la lectura, puesto que se ha comprobado que leer retarda y
previene la pérdida de la memoria, permitiría retasar la aparición de estas
enfermedades y, por lo tanto, reducir el número de casos.
Un cerebro
activo no sólo realiza mejor sus funciones, sino que incrementa la rapidez de
la respuesta, ya que mientras se lee, se obliga al cerebro a pensar, a
ordenar ideas, a interrelacionar conceptos, a ejercitar la memoria y a imaginar,
lo que permite mejorar la capacidad intelectual estimulando nuestras neuronas.
La lectura
también genera temas de conversación, lo que facilita la interacción y las
relaciones sociales, otro aspecto clave para mantener nuestro cerebro ejercitado.
Aunque la
lectura es buena a cualquier edad, niños y personas mayores son los dos grupos
poblacionales que deben insistir más en el fomento de la lectura. En los
niños, porque es el mejor momento para inculcarles este hábito y, además,
su cerebro y sus funcionalidades están todavía desarrollándose; y en los
mayores, para que puedan seguir manteniendo su cerebro activo a pesar de que su
actividad sea más reducida, la lectura diaria es un estímulo más para su
cerebro.