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jueves, 20 de septiembre de 2012

Velázquez.


Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, el pintor más destacado del Siglo de Oro español. Sevillano de nacimiento y maestro de la pintura Universal.


Nada se puede decir de Velázquez que no se haya dicho. Solo un pequeño homenaje a este gran maestro de la pintura Universal.

Manet, se sintió maravillado con su pintura y lo calificó como «pintor de pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido».

La Venus del espejo es una de sus últimas obras. Es el único desnudo del siglo XVII, sobre el que se plantean varios enigmas como en todas las obras velazqueñas; uno es la fecha en que lo pinto, lugar ...; hay quién dice que lo realizo en España, mientras otros sostienen que lo hizo en Italia impregnado por el clima de libertad que había en aquel país muy diferente al que se respiraba aquí.

Se sabe que fue un encargo del Marques de Heliche, sobrino del Conde Duque de Olivares y en ese momento favorito de Felipe IV.



La Venus del Espejo, representa a la diosa Venus tumbada sobre una cama mirando a un espejo que sostiene el dios del amor sensual, su hijo Cupido.  Es la única obra conservada de Velázquez en la que aparece una mujer desnuda, aunque se sabe que pintó alguna más.

Utiliza una pincelada suelta y produce la sensación de que entre las figuras circule el aire, lo que se ha dado en llamar, el famoso aire velazqueño.

El elemento más original de la composición es el espejo que sostiene Cupido, en el que la diosa mira hacia afuera, al espectador, a través de su imagen reflejada en él.

Se dice, que la pintura representa a una amante que Velázquez tuvo estando en Italia, de la que se supone que tuvo un hijo.

Tanto la figura de Venus como la de Cupido, fueron significativamente alteradas durante el proceso pictórico, apareciendo las correcciones del artista en los contornos del brazo de Venus, en el hombro izquierdo, y en su cabeza, fundamentalmente. En los contornos del espejo y el dorso de Cupido, los infrarrojos demuestran que también fueron alterados.




En las Meninas, hay un misterio respecto a la composición; si se atiende solo al pintor que pinta y el espejo que hay en el fondo, se puede pensar que su pensamiento inicial era el de retratar tan solo a los reyes, haciendo que ellos ocupen el mismo lugar que nosotros cuando estamos contemplando la obra, ello dota a la tela de una profundidad y tratamiento del espacio magnífico y totalmente novedoso.

Hay quién dice que Velázquez pinto dos retratos de Las Meninas, lo que ha sido fuente de grandes discrepancias dentro de las personas especializadas en la obra de Velásquez.


 
 
  Velázquez, Las hilanderas (1657). Madrid, Museo del Prado

                   Las hilanderas.
El Aguador.    




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