Yo era muy joven entonces, pero no creía que hubiera futuro.
Quería vivir peligrosamente, ir lo más lejos posible y luego ver qué me sucedía cuando llegara allí…..
…Llegué a Nueva York en el otoño. Tenía entonces 18 años, y durante los primeros nueve meses viví en un colegio universitario, pero cuando terminó el curso me trasladé a un apartamento. Allí fue donde viví durante los siguientes tres años, hasta el mismo momento en que toqué fondo.
Viví en aquél apartamento con más de mil libros. Anteriormente habían pertenecido a mi tío Víctor, y él los había ido adquiriendo poco a poco a lo largo de treinta años.
…..No tenía una idea clara de lo que iba hacer. Eché a andar, sencillamente, yendo donde me llevaban mis pasos. Si tenía algún pensamiento era el de dejar que la casualidad decidiese lo que había de ocurrir, seguir el camino del impulso y de los sucesos arbitrarios……
…….No tenía ni idea cual era esa pregunta, pero la respuesta la habían ido formando mis pasos y solo tenía que seguir andando para saber que me había dejado atrás a mi mismo, que ya no era la persona que había sido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario