La poesía erótica Griega surge alrededor del año 600 a.C., con dos poetas muy diferentes: Safo de Mitilene y Arquíloco de Paros.
El tema primordial es el de Eros-Ares, un dios cruel que siempre hace daño, hiere, abate y se apodera materialmente de uno.
La poesía erótica griega antigua, poesía en sentido estricto, es decir, compuesta en verso y cantada por quien se lamenta por el amor no conseguido o perdido, constituyendo así, la lírica del erotismo, afirma sus sentimientos al tiempo que renuncia a ellos, al igual que el apasionado Alceo de Mesene, amigo de Safo, que escribió estos versos:
Aborrezco el amor.
¿Por qué ese insoportable
no acomete a las fieras
en vez de disparar contra mi pecho?
¿De qué sirve que un Dios
calcine a un hombre? ¿Qué ostentoso trofeo
gana con mi cabeza
cuando me ha destrozado?
¿Por qué ese insoportable
no acomete a las fieras
en vez de disparar contra mi pecho?
¿De qué sirve que un Dios
calcine a un hombre? ¿Qué ostentoso trofeo
gana con mi cabeza
cuando me ha destrozado?
(Alceo de Mesene, siglo IV a.C.)
O esta otra de Anacreonte:
De nuevo, su pelota tornasolada
lanzándome, Eros de áureo cabello,
con la joven de sandalia variopinta
a jugar me incita.
Pero ella, pues es de la bien edificada
Lesbos, mi cabellera,
por ser blanca desprecia;
pero frente a alguna otra boquea.
(Anacreonte, siglo VI a. C.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario