El cerebro de los
gorriones hembra que escuchan los trinos de lo machos, y el de las personas que
escuchan una melodía que les gusta, reaccionan de la misma manera.
Un pájaro que escucha el canto de sus semejantes puede experimentar algunas de las mismas emociones que siente una persona al
oír música.
El mismo
sistema neuronal de recompensa, se activa en las hembras en estado de
reproducción que están escuchando a los pájaros machos, que en las personas que
escuchan la música que les gusta.
Para los machos que escuchan el canto del otro varón, la
historia es diferente: Tienen una respuesta de la amígdala con una apariencia similar a la de las personas cuando escuchan música
discordante y desagradable.
Los científicos, desde los
tiempos de Charles Darwin se han preguntado, si el canto de los pájaros y la
música pueden servir para fines parecidos, o que tengan los mismos precursores
evolutivos.
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