"... A los veintidós años, sospechando que tenían el tiempo contado, Ichimei y Alma se atragantaron de amor para consumirlo entero, pero mientras más intentaban agotarlo, más imprudente era el deseo, y quien diga que todo fuego se apaga solo tarde o temprano, se
equivoca: hay pasiones que son incendios hasta que las ahoga el destino de un
zarpazo y aun así, quedan brasas calientes listas para arder apenas se les da
oxígeno".
"... No estamos viejos por haber cumplido setenta. Empezamos a envejecer en el momento de nacer, cambiamos día a día, la vida es un continuo fluir. Evolucionamos. Lo único diferente es que ahora estamos un poco más cerca de la muerte. ¿Y qué tiene eso de malo? El amor y la amistad no envejecen".
"... Para siempre es mucho tiempo. Creo que volveremos a encontrarnos en mejores circunstancias o en otras vidas".
El amante japonés -Isabel Allende -
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