Los Post-It, esas hojas de papel
autoadhesivo de varias dimensiones, formas y colores que se usan para escribir
notas recordatorias para pegar después en cualquier sitio?, si, esos; son una
marca registrada propiedad de la Minnesota Mining and Manufacturing Company, más
conocida como 3M y, fue Art Fry, quien intentando leer algunos salmos en la iglesia
marcados en su libro y, resultándole poco menos que imposible, ya que los papelillos marcadores
caían al suelo, en su mente gritó el
consabido ¡eureka!.
Quizá pueda pegar los separadores a las páginas con
pegamento fácil de despegar, se dijo.
Al día siguiente, Fry hizo un primer
intento infructuoso. Insistió y, un buen día, le entregó un libro a su jefe en
el que había introducido uno de sus separadores. Cuando se lo devolvió, le
había escrito algo encima de aquella primera nota Post-it y, se percató de que
era una nueva forma de organizar la información, de traspasarse mensajes, y
comenzó a luchar para que su empresa, 3M, la comercializara.
Le adjudicaron un equipo para ayudarle a perfeccionar los Post-it, pero los directivos no veían el negocio. «Es un capricho que saldrá caro -decían- Nadie lo comprará», auguraban.
Sin embargo, Art Fry veía que sus colegas se los reclamaban con más frecuencia. Finalmente, tras la adecuada campaña comercial, el éxito fue rotundo.
En 1980, los Post-it ya se usaban por todo Estados Unidos y un año después, aterrizaban en Europa.
Le adjudicaron un equipo para ayudarle a perfeccionar los Post-it, pero los directivos no veían el negocio. «Es un capricho que saldrá caro -decían- Nadie lo comprará», auguraban.
Sin embargo, Art Fry veía que sus colegas se los reclamaban con más frecuencia. Finalmente, tras la adecuada campaña comercial, el éxito fue rotundo.
En 1980, los Post-it ya se usaban por todo Estados Unidos y un año después, aterrizaban en Europa.
Hoy son imprescindibles en todas las oficinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario